Tragedia humana en gestación

No existen datos duros de cuántos son. Las distintas fuentes oficiales competentes en la materia, o los actores legitimados para hablar al respecto, como los diputados, traen cantidades muy diversas. Lo cierto es que ya son miles los migrantes varados en la frontera tamaulipeca con Estados Unidos, particularmente con Texas.

Desde luego que la situación es preocupante, pero lo es mucho más que cada día estén llegando otros cientos o miles de extranjeros que buscan cruzar legal o ilegalmente a Estados Unidos.

Bajo ese escenario, de un fenómeno migratorio desbordante, es evidente que Tamaulipas está en camino a un desastre en sus municipios fronterizos. Si no se hace algo con rapidez, el conflicto va a reventar, porque no habrá forma de atender y contener esa avalancha humana que va tras el llamado “Sueño Americano”.

Mientras esa tragedia humana se está gestando en municipios como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, los Gobiernos en sus distintos órdenes se avientan, unos a otros, la pelotita de la culpa.

Desde hace varios meses las autoridades se la han pasado hablando sobre el problema. Los gobiernos municipales exigen a la federación que les apoye con presupuesto para alimentar a los migrantes porque sus recursos ya no les alcanzan, mientras que el Gobierno estatal hace lo propio bajo el argumento de que la atención al fenómeno migratorio no está dentro de su competencia.

La verdad, todos tienen alguna responsabilidad en el tema, pero sin duda el más culpable lo es el Gobierno federal, porque durante décadas ha sido incapaz de cerrar la puerta en la frontera sur del país, por donde ingresan a diario “ríos” de migrantes centroamericanos, cubanos y de muy diversas nacionalidades, que tienen como meta llegar a la línea divisoria con Estados Unidos.

La ecuación es sencilla: si México invirtiera en infraestructura y recursos humanos para tener un control efectivo sobre su frontera sur, el fenómeno migratorio se reduciría.

El problema está en que a pesar de la obviedad de las cosas, el Gobierno federal no ha hecho nada al respecto. Su tarea en el tema migratorio se ha limitado a reforzar la vigilancia a través del Instituto Nacional de Migración, (INM), pero para cuando intercepta a 100 migrantes otros mil ya lo rebasaron.

Bajo esas condiciones, es imposible contener la avalancha migratoria.

Como tamaulipeco me preocupa el tema porque, como le decía, los “ríos” de gente que avanzan hacia nuestra frontera son inmensos, por lo que a la vuelta de uno, dos o tres años, podríamos estar enfrentando una condición de alto riesgo.

Si esos miles de extranjeros no encuentran una forma lícita de resolver sus necesidades más apremiantes de alimentación y salud, seguramente se verán obligados a delinquir para subsistir, lo cual en un Estado como el nuestro, donde el crimen organizado está ávido de recurso humano, sin duda serán fácilmente vulnerables.

 

ASÍ ANDAN LAS COSAS

roger_rogelio@hotmail.com

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