PRI dormilón

En lo nacional, el PRI ya hizo la tarea eligiendo como su “gallo” para la Presidencia de la República, a José Antonio Meade, un hombre con auténticas posibilidades de darle el triunfo en el 2018.
Cualquiera otro que hubiera sido el elegido le habría colocado el último clavo al ataúd tricolor. En cambio, Meade vino a resucitar a un PRI que literalmente estaba muerto.
Me dirá usted que no le estoy contando nada nuevo. Que ya mucho se ha escrito de ello y que, la telenovela electoral va muy avanzada en sus capítulos como para todavía estar repasando hechos ya juzgados y evaluados.
Incluso me  precisara que, ya hasta Ricardo Anaya renunció a la dirigencia del PAN para perfilarse como candidato del Frente Ciudadano por México.
Y tiene razón. Pero le traigo el tema por un solo motivo: explicarle que mientras en lo nacional los priistas ya tomaron una decisión inteligente, que los metió en la contienda con verdaderas posibilidades de competir y ganar, en lo estatal siguen en la dormilona.
Aquí en Tamaulipas los priistas de Sergio Guajardo Maldonado siguen tan apáticos, tan desmotivados, que pareciera que no quieren competir.
Cualquiera diría que siguen noqueados por la paliza que recibieron en 2016 cuando perdieron la gubernatura, el Congreso y la mitad de los Ayuntamientos.
Pero todavía hay algo peor: todo indica que en medio de ese desgano y depresión que lo envuelve, el PRI tamaulipeco buscara ir a la competencia del 2018 con las mismas caras de siempre, con los mismos personajes que lo tienen hoy en el suelo.
Para entenderlo  basta ver quiénes están levantando la mano para que los tomen en cuenta como candidatos al Senado de la República: Baltazar Hinojosa Ochoa, Alejandro Guevara Cobos y hasta Miguel González Salum.
De ese tamaño son los aspirantes a las candidaturas del PRI en Tamaulipas. El espacio es corto para apuntar aquí a quienes se promueven para las diputaciones federales y las alcaldías, pero se trata de personajes más o menos del mismo corte.
La lógica indicaría que, tras la zarandeada que recibió el año pasado, el PRI debería presentar una oferta renovada a la sociedad, con candidatos que no estén tan devaluados socialmente, o que no representen lo que los ciudadanos detestan u odian del partido.
Pero no. Parece que todo mundo se ha dado cuenta de ello menos la dirigencia tricolor.
Uno se pregunta:  ¿realmente el PRI no tiene cuadros frescos que sean una oferta atractiva para el electorado y que tengan auténticas posibilidades de ganar una elección? 
En lo personal creo que entre la militancia tricolor hay hombres y mujeres con excelentes virtudes y sobrada simpatía popular como para darle pelea al PAN y Morena, que serán los enemigos a vencer en el 2018, pero el problema es que, como le decía al inicio, el priismo tamaulipeco sigue adormilado y secuestrado por un grupito de sujetos que ven al partido como algo de su propiedad.
Tanto es el desgano que enseñan los tricolores, que a veces uno llega a pensar que lo hacen deliberadamente. Pareciera que algo los tiene frenados o atados de manos para que no compitan. Ya lo sabremos en su momento.

ASÍ ANDAN LAS COSAS
roger_rogelio@hotmail.com