No lo merecen

¿Va a buscar la reelección?, le preguntó un reportero el pasado martes, al coordinador de los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el Congreso del Estado, Alejandro Etienne Llano.

El legislador no dudó al contestar: “Sí, la voy a buscar”.

Igual que Etienne Llano casi la mayoría de quienes ocupan hoy una curul tienen dibujada en su mente la idea de mantenerse otros tres años en el cargo. Son pocos los que admiten abiertamente su deseo, pero en su círculo cercano la mayoría lo expresa.

Es normal o natural que los actuales diputados en funciones quieran reelegirse en el 2019, cuando los tamaulipecos iremos a las urnas para elegir una nueva legislatura.

Esa elección tendrá un ingrediente extra, que es precisamente la del estreno de la reelección de los diputados. Este pasado uno de julio hubo reelección de alcaldes, y el próximo año tocará turno a los legisladores.

La pregunta es: ¿Merecen realmente los actuales diputados perpetuarse tres años más en su curul?

En lo personal, me parece que son contadísimos aquellos que realmente han hecho méritos para mantener su investidura y por lo tanto su permanencia como miembros de la legislatura sería de beneficio porque aportan ideas que se traducen en iniciativas que repercuten favorablemente en la sociedad, y además son buenos gestores.

Sin embargo, la mayoría de los actuales diputados no tienen argumentos para defender su derecho a la reelección, ni ante su partido ni ante los ciudadanos que en el 2016 los eligieron como sus representantes.

Insisto, hay algunos que han realizado un papel decoroso y que cuentan con la capacidad y preparación profesional para ejercer a plenitud la tarea de un diputado, como es el caso precisamente de Etienne Llano, pero hay otros muchos que se han dedicado exclusivamente a levantar el dedo, a leer efemérides y a cobrar puntualmente sus quincenas. Es lo más meritorio que han hecho.

Es más, hay uno, Moisés Gerardo Balderas Castillo, del PRI, que es diputado por segunda ocasión, y no le exagero si le digo que nunca ha pisado la tribuna legislativa para al menos leer una efeméride. Su trabajo se ha limitado a ocupar su curul y a votar, con el añadido de que muchas veces lo ha hecho en contra de su misma bancada. 

Además, es el único diputado que nunca ha asistido a una sesión de Comisiones.

Aquí le podría dar nombres de otros muchos legisladores que nunca entendieron ni quisieron aprender cuál es su papel y que por lo tanto deberían olvidarse de su sueño reeleccionista.

Sin embargo, ya dependerá de los mismos partidos decidir si respaldan o no las ambiciones de cada uno de esos diputados. Lo que sí es que cada partido deberá jugar bien sus cartas a la hora de definir a sus candidatos, porque la competencia por el dominio del Congreso estará muy cerrada.

Ojalá y que esa elección histórica que se espera en las urnas en el 2019, sirva para que lleguen al Congreso diputados más preparados profesionalmente y que, sobre todo, tengan bien claro que antes que sus intereses deben estar los de la ciudadanía.

Esperemos que así sea.

 

ASÍ ANDAN LAS COSAS

roger_rogelio@hotmail.co