La “guillotina” del Auditor

CONFIADOS.- En poco más de una hora, la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior del Estado, le dio el visto bueno a 166 informes de resultados de igual número de cuentas públicas de los ejercicios 2014, 2015 y 2016.

 

Casi a ciegas, porque no escudriñaron uno solo de los documentos, los diputados avalaron el trabajo del Auditor Jorge Espino Ascanio.

 

El hecho solo deja dos lecturas: o los diputados son muy confiados o de plano no quisieron estresarse metiéndose a estudiar y revisar los informes del Auditor.

 

El único que protestó por el “fast-track” fue el priista Rafael González Benavides, quien al final se abstuvo de votar los dictámenes.

 

El matamorense se quejó precisamente por la docilidad con que le “palomearon” el trabajo al Auditor.

 

Habrá que esperar las reacciones que se den en la sesión plenaria programada para éste jueves.

 

NO ESTÁ TODO DICHO.- Por cierto, ya ante los reporteros, el Auditor Espino Ascanio abundó en la información, y aclaró que de las 166 cuentas públicas de los ejercicios 2014, 2015 y 2016, dictaminadas por la Comisión de Vigilancia, el 70 por ciento llevan observaciones.

 

Aunque eso no significa todavía que vayan en sentido negativo son cuentas que tienen detectadas irregularidades financieras, por lo que los titulares de los entes públicos deberán aclararlas si no quieren enfrentar el peso de la ley.

 

Los recursos que andan “volando” suman alrededor de cinco mil millones de pesos.

 

Entre los entes públicos con observaciones graves figuran los ayuntamientos de Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Tampico y la administración que encabezó el gobernador, Egidio Torre Cantú.

 

Bajo ese entendido, la “guillotina” sigue pendiendo sobre los ex alcaldes Carlos Canturosas Villarreal; José Elías Leal, Leticia Salazar y Gustavo Torres Salinas.

 

De acuerdo al dicho del Auditor, los ex ediles y el resto de quienes tutelaron los entes públicos emproblemados, tienen hasta mediados del 2019 para aclarar a dónde fueron a dar esos 5 mil millones de pesos.

 

Habrá que ver si lo logran.

 

APÁTICOS.- La Secretaria de Salud, Gloria Molina, minimiza peligrosamente las quejas recurrentes contra la subdirectora del Hospital Civil de Ciudad Victoria, María Esther Rodríguez.

 

Y decimos que peligrosamente porque la conducta asumida por la funcionaria médica podría generar daños irreparables o trágicos en alguno de los pacientes, lo cual desataría un escándalo.

 

Nos dicen que Rodríguez se niega a autorizar medicamentos a los derechohabientes a pesar de que son recetados por un médico familiar, y rechaza la autorización de incapacidades porque no comparte los criterios de lo doctores que las autorizan.

 

Ello además del trato humillante y de prepotencia que da a los enfermos.

 

Esperemos que ante una eventual desgracia, quienes tengan culpa no vayan a andar defendiéndose con un : “es que no sabía”.

 

ASÍ ANDAN LAS COSAS

 

roger_rogelio@hotmail.com