Ayudemos al Ejército

Durante la conmemoración del 171 aniversario de la  defensa del Castillo de Chapultepec, celebrado este jueves, el comandante del 77 Batallón de Infantería, Anastasio Santos Alvarez, pronunció un discurso que rompió el protocolo tradicional pero que gustó y sensibilizó a quienes lo escuchamos.

No es común que un jefe del Ejército mexicano use la tribuna para abordar temas ajenos al contexto programado, y menos para referirse al, “asedio permanente de los grupos delictivos que alteran el orden público y degradan la dignidad humana, robando, secuestrando y extorsionando a su propia gente”.

Pero, la verdad, qué bueno que así haya sido. Ojalá y escuchemos más seguido pronunciamientos de los jefes de las fuerzas armadas en relación a la situación delincuencial que agobia a la mayor parte del territorio nacional.

Le cuento de ello porque, además de la rareza que causó el pronunciamiento, a muchos nos gustó la sencillez y el contenido del mensaje.

“Sociedad de Tamaulipas, sociedad de Ciudad Victoria, si en verdad queremos reconstruir el tejido social, ayúdenos en su casa. Ayúdenos a invertir más tiempo, más esfuerzo, más experiencia en los niños y jóvenes. Facilítenles la educación, motívenlos a practicar un deporte, un arte, a saber trabajar, porque es la única forma de dejar a la sociedad ciudadanos productivos, que en el futuro van a ser nuestros líderes, van a ocupar los cargos importantes, y van a tomar decisiones importantes por nosotros”, pidió Santos Alvarez.

Por parte de las fuerzas armadas, dijo, seguirá firme el compromiso de seguir trabajando de la mano con autoridades federales, estatales y municipales, para combatir el acoso de los grupos criminales.

“Por nuestra parte, que quede claro que los integrantes de las fuerzas armadas, del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, nos comprometemos a seguir trabajando de la mano con autoridades federales, estatales y municipales, y con todos ustedes, para apoyarlos donde nos requieran porque lo que queremos es seguir salvaguardando su vida, su libertad, su integridad, sus bienes, y garantizar su futuro”, señaló.

Y añadió: “¿Y saben por qué? Porque únicamente juntos, trabajando entre autoridad y sociedad, es la única forma en que podremos lograr reconstruir el tejido social, y además, porque simplemente ya merecen vivir en paz”.

Tiene razón de sobra el comandante. Es tiempo de que hagamos también nuestra parte. Aquí he insistido en que la mejor forma de recuperar la paz y tranquilidad en las calles es haciéndonos responsables de nuestros hijos.

Si cada quien asume su compromiso de educar y sembrar valores y principios en nuestros vástagos, estaremos contribuyendo a formar generaciones de ciudadanos de bien.

De no ser así, seguiremos siendo una sociedad sometida y atemorizada por los grupos criminales, lo cual no podemos tolerar porque sencillamente nadie en su sano juicio quiere eso para sus hijos.

Atendamos entonces el llamado de ayuda del Ejército. Es por el bien de todos.

 

ASÍ ANDAN LAS COSAS

roger_rogelio@hotmail.com