‘Panchito’ venció al cáncer: “Espero que jamás vuelva” 

Fue un trasplante de células madre lo que ayudó mucho. Obviamente también los doctores y Dios #Tamaulipas 

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Luchar con todas las fuerzas para vencer una enfermedad tan terrible como el cáncer, a veces parece una batalla perdida.

La historia de Francisco Javier Flores Hernández, un joven padre de familia, del Municipio de Aldama, Tamaulipas, nos muestra que aunque las esperanzas sean mínimas, nunca nos debemos rendir.

Francisco, a quien de cariño sus amigos llaman "Panchito", ganó la batalla a la leucemia después de un trasplante de células madre en el Instituto de Cancerología de la Ciudad de México.

A través de la Página "Francisco Javier...Un Ángel Sin Alas",  desde donde ahora trata de apoyar a quien necesita, el joven de Aldama, relata su increíble historia.

"Hace dos años el 13 de enero de 2021 fue el día más crudo de mi vida, ese día sentí morirme en vida cuando el hematólogo me diagnosticó con LEUCEMIA MIELOIDE AGUDA".

 

A su mente llegaron pensamientos de "me voy a morir", “qué va pasar con mis hijas”. Lloró como nunca, llegó a su casa triste, destruido, con la vida en rastras.

"Entré a mi casa, mi esposa me abrazó, lloramos los dos, tratando de consolarme, fui al cuarto, abracé a mis hijas que dormían, les di besos, no podía con tanto dolor, después fui al cuarto de mis papás a darles esta fea noticia, mi mamá se soltó llorando, recuerdo que ambos me abrazaron".

Al día siguiente fue al Hospital del pueblo para que lo canalizaran y le dieran tratamiento:

"Pero en Tampico no había hematólogos y en Victoria el oncológico estaba cerrado, yo necesitaba tratamiento urgente, no podía esperar más, pues mis plaquetas seguían bajando y la leucemia se seguía extendiendo, es un cáncer muy invasivo".

Afortunadamente tiene una cuñada en la Ciudad de México y ella les habló del INCAN; no quería alejarse de su familia, de sus hijas, pero al no haber otra alternativa, viajaron a ese lugar.

 

Dios ya se hacia presente en mi vida, ese día, 15 de enero, lo dejaron entrar al INCAN.

"Hice todos mis trámites, me moría de dolor de cabeza por la hemoglobina muy baja que traía, pero aún así tenía que terminar los trámites, corrí subiendo y bajando escaleras pues era viernes, ya un poco tarde, y si no era ese día, tendría que esperar hasta el lunes, en fin se llegaron las 3 de la tarde y yo ya estaba en atención inmediata".

La hematóloga le  habló a Francisco  de las quimioterapias, no sabía qué eran, tenía la idea pero imaginaba otra cosa. Le habló de un trasplante de células  Hematopoyéticas, pero eran términos que no conocía.

Cuando terminó las quimioterapias a finales de mayo, había aceptado todo, aunque le seguía doliendo, se volvió más fuerte.

"Lo primero que hice fue irme a Tamaulipas a ver a mis hijas, las extrañaba tanto, tanto, que necesitaba abrazarlos, darles besos, necesitaba sentirme vivo".

 

Después de una serie de recaídas, de pasar por ansiedad, depresión y contagiarse de Covid,  el 6 de abril de 2022 lo internan para el trasplante de células, su hermano es el donador.

" Estuve internado 35 días, entre hidratación y quimioterapias, el 20 de abril por fin me trasplantan, me ponen las bendecidas células de mi hermano. Ese fue mi renacimiento, ese fue el primer día de una nueva vida, una vida que le debo a mi hermano. Una vida que le debo a mi familia, a mis amigos, y a mis conocidos porque siempre hubo amor, apoyo, palabras de aliento".

Gracias a los donativos, apoyo del pueblo de Aldama, actividades de su familia, Francisco salió adelante y venció a la leucemia.

"Hoy me siento más vivo que nunca, hoy doy gracias a mi Dios que nunca me dejó solo, siempre escuchó mis súplicas. Gracias a la vida por estas pruebas que nos hacen ser más fuertes pero también nos hace ser mejores personas".

Dice que nunca volverá a ser el mismo. La cercanía con la muerte lo hizo ver la vida de otra manera.

 

"Gracias a mis hermanos, los amo; gracias por estar siempre aquí conmigo, gracias a mis padres los amo mucho más y perdón por causarles este dolor, tanto dolor”.

A un año del trasplante, Francisco Javier acudió a la Ciudad de México para revisión; espera que todo marche bien.

"Amigos HEMOS VENCIDO este cáncer hematológico llamado LEUCEMIA, lo hemos logrado, gracias, gracias, estoy sano, estoy limpio, estoy feliz, ahora solo deseo que jamás vuelva".

¡Que Dios bendiga a Francisco, que jamás regrese el cáncer. Él es un Vencedor!