Pablo dejó la cama, su  rostro muestra felicidad 

Su familia agradece a todos los que apoyaron. Piden dirigir sus muestras de afecto a otras personas que lo necesitan. “Aquí ya tenemos todo”. 
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Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Las bendiciones no dejan de llegar a la casa de Don Pablo Camacho, hombre de 91 años que se encontraba postrado en cama en su vivienda de la Colonia Liberal.

Ahora su semblante es de mejoría, sentado en la silla de ruedas que le regalaron y con sus necesidades cubiertas de manera abundante; su rostro no puede mentir. 

El amor es la mejor medicina y la familia no deja de agradecer a todas las personas que se tocaron el corazón y llegaron hasta la casa de Don Pablo para apoyarlo.

Su nuera Esmeralda dice que las necesidades están cubiertas, que saben bien que hay otras personas que necesitan la ayuda y que allá se deben enfocar ciudadanos y servidores públicos.

“Mi suegro ya tiene todo lo que le hacía falta y estamos muy agradecidos con la ciudadanía, con el DIF Estatal, y las fundaciones por todo el apoyo que brindaron. La gente de fuera también apoyó, con todos estamos muy agradecidos”, dijo la Señora Esmeralda.

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La ayuda llegó a montones.

Aunque hubo críticas por la gran ayuda que recibió la familia de Don Pablo, el apoyo abundante que recibió es legítimo y nadie se lo puede quitar o decir que no lo merece.

“Sé bien que hay gente muy necesitada que la pueden apoyar. Mil gracias a los que brindaron la ayuda que pedi, ya es más que suficiente, como le dije a cada una de las personas que me marcaron Dios los bendiga y les multiplique”.

Hasta la casa continúa la llegada de personas, que marcan al celular para decir que están a una cuadra y llevan apoyos.

“Se me hace una grosería decirles que no queremos lo que llevan, esto es demasiado, nunca acabaríamos de pagar todo lo que hicieron por mi suegro”.

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Le donaron 4 sillas de ruedas; 3 las regalaron a quien lo necesitaba.

Y quizá Don Pablo solo fue un medio para que la ayuda llegara a otras personas, porque de las 4 sillas de ruedas que llegaron se regalaron tres a personas que lo necesitaban y que una asociación se encargó de hacer entrega.

Además de las sillas de ruedas, pañales, despensa, le llevaron vitaminas para que Don Pablo recobre fuerzas.

“La gente también trajo pollo, huevos, agua, leche y verduras”, dice la Señora Esmeralda.

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Más de la ayuda recibida.

Gracias a su nuera que publicó en las redes que cambiaba manteles por un paquete de pañales para Don Pablo, hay personas que están felices.

“No me gusta llamarlo ex suegro, es más que un padre para mí porque en su momento me dio su techo donde vivir, jamás nos faltó comida tanto a sus nietos como a mí. Yo no hice nada, solo pedí la ayuda que no pude darle”.

Sin duda Don Pablo Camacho cosechó lo que un día sembró...

 

¡¡Gracias a todos!!