Mercado de Abastos, a punto de ‘morir’
Cuando Eugenio Hernández era alcalde empezó la maldición. Ahora su empleado Óscar Almaraz quiere darle el tiro de gracia. Muy pocos comerciantes se resisten a dejarlo perecer
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Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Las imágenes hablan: a cualquiera que entre al mercado de Abastos le darían ganas de llorar ante la desolación y el abandono de uno de los lugares más prósperos de la capital hace 20 años.
En los locales de afuera, el taller de bobinado de Ramón García trabaja a marchas forzadas desde hace 10 años:
“Si ahorita está solo imagínese en la noche que no hay luz. Ya nadie se atreve a pasar por aquí, es una zona peligrosa pero uno tiene que trabajar", dijo Don Ramón, que tiene un gesto de desilusión en su rostro.

A pesar que hay dos empleados municipales por las mañanas encargados de barrer, el lugar luce sucio y hasta los árboles de fambroyan se van secando, sus ramas lucen negras por la falta de agua.
“Nadie las riega”, dice Don Ramón, mientras aconseja que recorra el interior para que compruebe que el Mercado de Abastos está a punto de morir.
En los baños donde se cobra tres pesos, la mujer (empleada del
Municipio) coloca el candado antes de las 2 de la tarde, a pesar que aún hay personas en el taller mecánico y otros negocios del exterior.

“En enero vino Óscar Almaraz a decir que ya los van a arreglar, pero no creemos nada, de nada sirven las publicaciones, ni las fotos”, dice la mujer en relación a los baños que están en ínfimas condiciones.
EL MÉDICO ARIEL
NUNCA SE DIO POR VENCIDO
Los únicos negocios que se mantienen en pie al interior del mercado de Abastos, son el de materias primas propiedad del Médico Ariel Rodríguez y el comedor de las hermanas Ortiz.
Ariel Rodríguez dijo que desde hace 12 años que surgió un problema con el ex gobernador Eugenio Hernández Flores, el Mercado de Abastos se vino abajo.
“El municipio ya no nos quiso cobrar cuotas desde entonces, el alcalde era Eugenio Hernández, nos quisieron sacar pero metimos un amparo federal y yo aquí sigo. Gracias a Dios a mí me fue bien, y seguía trabajando mientras los demás cerraron".
La falta de recolección de basura, de servicios de agua y de luz, además de la falta de vigilancia cansó a los comerciantes que acabaron por bajar las cortinas quizá para siempre.
“Aquí lo que hace falta es visión de los comerciantes, que se arriesguen a venir a emprender, siempre dicen que nos van a mandar a los del centro y no llegan”, comenta el Médico.
“Por mi parte yo he arreglado mi local y puse dos lámparas, ojalá que los comerciantes se animaran a emprender aquí, a mí no me pesa estar solo”, agrega.
LAS HERMANAS ORTIZ,
VEINTE AÑOS CON EL COMEDOR
Tienen el comedor desde hace 20 años y aseguran que todos los días llegan a trabajar con el mejor de los ánimos porque no pueden estar en casa sin hacer nada.
“Antes aquí estaba lleno de gente, venían de las rancherías a almorzar y comer”, comentan.
“Ahora nos vamos a las 3 porque los del municipio ponen el candado a la una, la gente ve cerrado y ya no llega", dijo una de las hermanas Ortiz.
En los locales de afuera, el taller de bobinado de Ramón García trabaja a marchas forzadas desde hace 10 años:
“Si ahorita está solo imagínese en la noche que no hay luz. Ya nadie se atreve a pasar por aquí, es una zona peligrosa pero uno tiene que trabajar", dijo Don Ramón, que tiene un gesto de desilusión en su rostro.

A pesar que hay dos empleados municipales por las mañanas encargados de barrer, el lugar luce sucio y hasta los árboles de fambroyan se van secando, sus ramas lucen negras por la falta de agua.
“Nadie las riega”, dice Don Ramón, mientras aconseja que recorra el interior para que compruebe que el Mercado de Abastos está a punto de morir.
En los baños donde se cobra tres pesos, la mujer (empleada del
Municipio) coloca el candado antes de las 2 de la tarde, a pesar que aún hay personas en el taller mecánico y otros negocios del exterior.

“En enero vino Óscar Almaraz a decir que ya los van a arreglar, pero no creemos nada, de nada sirven las publicaciones, ni las fotos”, dice la mujer en relación a los baños que están en ínfimas condiciones.
EL MÉDICO ARIEL
NUNCA SE DIO POR VENCIDO
Los únicos negocios que se mantienen en pie al interior del mercado de Abastos, son el de materias primas propiedad del Médico Ariel Rodríguez y el comedor de las hermanas Ortiz.
Ariel Rodríguez dijo que desde hace 12 años que surgió un problema con el ex gobernador Eugenio Hernández Flores, el Mercado de Abastos se vino abajo.
“El municipio ya no nos quiso cobrar cuotas desde entonces, el alcalde era Eugenio Hernández, nos quisieron sacar pero metimos un amparo federal y yo aquí sigo. Gracias a Dios a mí me fue bien, y seguía trabajando mientras los demás cerraron".
La falta de recolección de basura, de servicios de agua y de luz, además de la falta de vigilancia cansó a los comerciantes que acabaron por bajar las cortinas quizá para siempre.
“Aquí lo que hace falta es visión de los comerciantes, que se arriesguen a venir a emprender, siempre dicen que nos van a mandar a los del centro y no llegan”, comenta el Médico.
“Por mi parte yo he arreglado mi local y puse dos lámparas, ojalá que los comerciantes se animaran a emprender aquí, a mí no me pesa estar solo”, agrega.
LAS HERMANAS ORTIZ,
VEINTE AÑOS CON EL COMEDOR
Tienen el comedor desde hace 20 años y aseguran que todos los días llegan a trabajar con el mejor de los ánimos porque no pueden estar en casa sin hacer nada.
“Antes aquí estaba lleno de gente, venían de las rancherías a almorzar y comer”, comentan.
“Ahora nos vamos a las 3 porque los del municipio ponen el candado a la una, la gente ve cerrado y ya no llega", dijo una de las hermanas Ortiz.