Irma: la verdadera  historia y su familia 

Deudos esperan las cenizas del icono victorense que falleció el fin de semana.   

 

a

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Irma del Carmen Lara, icono victorense, nació en el seno de una familia honorable, su peculiar forma de vida y su carácter reacio la hacen inolvidable en la historia de la capital.

Tras la muerte del personaje victorense el domingo pasado, su familia -en espera de sus cenizas- cuenta la historia verdadera del personaje victorense.

“Para su familia ella no estaba enferma mentalmente, se desconoce qué diagnóstico podría tener. Mi abuela llevó una vida normal ya que se casó y nos cuidó muy bien”, dice uno de los nietos de Irma.

Irma nació en Ciudad Victoria el 6 de Julio de 1939, sus padres fueron Roberto del Carmen y María Dolores Lara.

a
Estuvo rodeada de mucho amor familiar. 

“Mi abuela nació  y creció en el 7 Allende y Abasolo zona centro; sus hermanos  Lidia del Carmen, Arnoldo del Carmen de oficio mecánico en transmisión automática, Javier del Carmen de oficio mecánico y Raúl del Carmen de oficio comerciante”.

Estudió la instrucción primaria, en la Pedro José Méndez y en la Corregidora; era una joven muy bella y elegante que siempre destacó por sus buenos modales.

“Mi abuela  se casó con el señor Arturo Osorio, sus hijos son: Silvia, Patricia, Antonio, Cristina y Rosa, sus nietos somos aproximadamente 15 y bisnietos son 12”.

Irma vivió al lado de su hija Patricia casi toda su vida, a la que ayudó a criar a los hijos mientras ella salía a trabajar”.

a
Ayudó al cuidado de algunos de sus nietos. 

“Cuidó de mí y mis tres hermanos, nos hacía de comer y nos regañaba cuando hacíamos travesuras. Fue una abuela muy amorosa, ya que siempre del Mercado nos traía un dulce o alguna otra cosa,  nos dio mucho amor”, afirma su nieto.

Rodeada de amor familiar, Irma viajaba a Monterrey cuando su hija mayor, Silvia, de oficio Maestra, tenía vacaciones.

“Mi tía venía a Victoria a visitarnos y se la llevaba una semana. Después la traía de regreso, después ella se jubiló y se dedicó de lleno a cuidar de mi abuela, la llevó a vivir a Monterrey”.

Según su hija mayor, Silvia Osorio, el carácter de Irma siempre fue difícil, pero no fue impedimento para rodearla de cariño.

a
Vivía en Monterrey, con una hija. Allá murió a los 80 años. 

“Ella tenía un carácter fuerte y difícil, tenía insomnio y cuando enfermaba era porque no se tomaba el medicamento como debía”.

“Pero mi madre vivió su vida como quiso, le gustaba pasear mucho, hacer lo que quería, una de nuestras hermanas murió en julio de esclerosis”, comenta. 

Imborrable es la huella que deja Irma en el corazón de sus hijos, nietos y bisnietos; inolvidable su vida para Ciudad Victoria y el Mercado Argüelles.