Historias Cotidianas:  El comedor Mónica una tradición de 37 años  

Comenzaron en un humilde puesto y ahora la familia prospera con el restaurante 

Ciudad Victoria, Tamaulipas; Hace 37 años Mayra Pineda Salazar comenzó a vender gorditas hechas en leña, teniendo como techo una simple lona. 

Desde entonces el fuego no se ha apagado, por el contrario está más encendido que nunca. 

Tanto éxito han tenido las gorditas y los guisos hechos en leña que ahora, ese pequeño local de lona con el que iniciaron se transformó en un restaurante y próximamente abrirán otro más.  

Es Mónica García Pineda, la hija de Mayra quien nos concede  la entrevista. 

Desde su restaurante, ubicado en la colonia Tamatán, sobre el Libramiento Emilio Portes Gil, por el 'mono', nos platica un poco de los inicios de este negocio. 

"Mi mamá comenzó a vender gorditas, las hacía en lumbre, y ponía un techo de lona; en aquel entonces aquí estaba la Central de los camiones Oriente, eran los choferes y los que trabajaban ahí los principales clientes de mi mamá", platica. 

Mónica conoce bien la historia, pues ella y sus otros cuatro hermanos crecieron viendo cocinar a su mamá. 

"De los cinco hermanos que somos tres trabajamos aquí, en el restaurante y los otros dos son doctores, trabajan en su profesión", dice la sonriente cocinera.  

Sobre su mamá, quien ahora tiene 57 años de edad, nos comenta que sigue viviendo al negocio a hacer algunos guisos, como la deshebrada, porque a nadie le queda igual de sabrosa como a la fundadora del negocio. 

"Mi mamá viene más tarde a preparar algunos guisos que a mi no me quedan tan bien como a ella", se sincera Mónica.  

Su madre, dice está a ratos en el negocio, pues cuentan con más de una docena de empleados; y eso es porque el restaurante está abierto todo el día, de ocho de la mañana a 11 de la noche.  

"Gracias a Dios nos ha ido muy bien y próximamente abriremos otro negocio en el tianguis de la Libertad, ahí vamos a estar de manera permanente, yo creo que para este noviembre ya va a estar abierto".  

El comedor Mónica, como se llama el negocio, vende almuerzos, comidas y cenas; el caldo de res, las gorditas y los frijoles charros los hacen en leña. 

Dios siga prosperando este negocio familiar.

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