Historias Cotidianas: Doña Paula, la vida la golpeado, pero ella ha salido adelante
Ciudad Victoria, Tamaulipas; A esta viejecita, quien este próximo diciembre cumplirá 75 años de edad, solo le quedan con vida dos hijos de los 4 que tuvo.
Por si lo anterior fuera poco, durante su matrimonio fue víctima de violencia física por parte de su ex esposo.
Además se quedó sin la casa que con tantos sacrificios hizo; la vendió hace 4 años para sacar a un hijo de la cárcel.
Es desde su puesto, ubicado a un costado de la Central de Autobuses, donde lleva 33 años vendiendo sus frijoles de la olla con nopalitos guisados, que Paulina accede a platicar con nosotros.
De inmediato sus ojos se llenan de lágrimas cuando habla de sus dos hijos fallecidos.
Fue en el Ejido Tanque Blanco, del municipio de Tula donde Paulina habitaba y donde vivió la peor de las tragedias.
“Mi niño tenía 12 años cuando accidentalmente le disparó con un arma de fuego a su hermanita, mi niña tenía 10 años, a causa de ese disparo murió".
Posteriormente, 15 años después de este terrible suceso, la vida le da otro duro golpe a Paulina.
Su hijo, quien nunca pudo superar el haber disparado accidentalmente su hermanita, murió aquí en Victoria al impactar su vehículo contra un árbol.
"Él siempre me dijo que un día iba a pagar lo que había hecho con su hermanita, yo le respondía que había sido un accidente, que solo le pidiera a Dios que lo perdonara".
Ese niño de 12 años jamás pudo desempeñar su profesión de maestro de ciencias de la educación.
Pero las tristezas no pararon ahí, Paulina tuvo que vender la casa que con tantos sacrificios hizo en la colonia Nuevo Santander para sacar de la cárcel a uno de los dos hijos que le quedan.
Desde entonces, desde hace 4 años la viejita renta unos cuartos en la colonia Vamos Tamaulipas.
En sus 25 años de matrimonio Paulina sufrió de violencia física, económica, de infidelidades de parte de su ex esposo.
“Cuando me separo de él nunca me ayudó con mis hijos, nunca me dio dinero para que los mandara a la escuela", platica.
Actualmente uno de sus hijos trabaja de chofer de microbus y el mayor se fue a vivir a San Luis Potosí desde los 17 años.
Sin duda Paulina es una mujer admirable, a pesar de estas difíciles pruebas ella sigue de pie, trabajando en su puesto.
Desde antes de las seis de la mañana se sube al micro con su olla de frijoles recién hechos.
Dios la bendiga con abundante salud y prosperidad.
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