Dora sueña con tocar la campana de la victoria

Libra una batalla contra el cáncer y está segura que la ganará. Vende bollos y productos de belleza desde su casa

Ciudad Victoria, Tamaulipas.-  Ya terminó las quimioterapias, le falta una radiación y sigue una vacuna para Dora Elena Camarillo, quien sueña con tocar la campana de la victoria en el Hospital Oncológico. 

Cuando hablan de cáncer pensamos que jamás nos va a pasar, nos da miedo al pensar si tendremos la fortaleza para afrontar una de las enfermedades más devastadoras de la humanidad. 

Eso le sucedió a Dora Alicia Camarillo, quien el 17 de octubre de 2017 fue intervenida en el Hospital Civil para extirpar un tumor que resultó maligno y se ramificó en parte de la axila. 

“Yo veía en la televisión alguna historia de cáncer y me atemorizaba, le decía a Dios que nunca me mandara algo así porque no creía aguantar todo ese sufrimiento que se ve en el cuerpo y rostro de las personas, pero me ha ido bien”, comenta. 

Es una guerrera que está resuelta a vencer la enfermedad
Es una guerrera que está resuelta a vencer la enfermedad

Un cabello suave como de recién nacido crece sobre la cabeza de Dora, luego de que por mucho tiempo cubrió la cabeza con un turbante. 

“Nunca quise ponerme una peluca, tampoco la reconstrucción del seno porque ya me siento feliz con el hecho de que me quitaron el tumor y estar recibiendo tratamiento de parte del Seguro Popular”, cuenta. 

Dora tiene el apoyo de su esposo e hijos que la ayudan con la compra de algún medicamento que haga falta cuando el Seguro Popular no lo tiene.

“Estoy muy agradecida porque tan sólo los últimos estudios que me hicieron y tratamiento costó más de 20 mil pesos. Sin ese apoyo no podríamos pagar nosotros el tratamiento”. 

Dora es una mujer admirable, que para no estar sin hacer nada vende bollos y productos de belleza desde casa, como una forma de ocupar su tiempo. 

Mantiene su fe y optimismo en alto
Mantiene su fe y optimismo en alto

“Antes de la operación trabajé muchos años en una casa realizando quehaceres, también vendía tamales, pero ahora me recomendaron reposo, porque con las quimioterapias el cuerpo se debilita, dan mareos y se bajan las defensas”. 

Todavía recuerda la noche que descubrió aquel bulto extraño mientras dormía, enemigo silencioso que cambió su vida. 

“Me acomodé sobre el lado derecho y sentí algo extraño, algo que no estaba antes ahí, una bolita o bulto. Todavía dejé pasar tres semanas para ir al doctor porque tenía mucho miedo y le decía a Dios: ¿por qué a mí?”. 

Pero el día de la cirugía Dora se mostró optimista y positiva, decidió que le practicaran la mastectomía y librarse de una vez por todas de ese bulto y la raíz que había brotado en su axila. 

“Oré mucho y pude sentir cómo una mano suave pasaba sobre el lado derecho sobre mi seno y brazo, sentía cómo me confortaba, ahora sé que era la mano de Dios… además me habían dicho que el cirujano que me iba a operar, el Doctor Vázquez, era de los mejores”. 

Aunque Dora Elena sabe que aún le queda camino por recorrer, porque el cáncer puede brotar en otra parte de su cuerpo, mantiene su fe y optimismo en alto. 

Dora Elena vive en la Colonia Nuevo Santander, sobre la Avenida México. Si la conoce o vive cerca, cómprele bollos y productos de belleza.