Doctor José Alberto y 16 compañeros, vuelven tras ayudar en Acapulco

Es la Brigada Médica que el Gobierno de Tamaulipas envió a apoyar a los damnificados del huracán “Otis” #SomosMásLosBuenos

Ciudad Victoria, Tamaulipas.-  Después de 15 días, regresó la Brigada Médica enviada a Guerrero,  para atender a la población damnificada por el huracán "Otis" que impactara con gran fuerza las costas de aquel estado.

El equipo tamaulipeco formado por  5 médicos,  5 enfermeras,  4 promotores de salud y 2 técnicos de urgencias médicas salió el 12 de noviembre y regresó el día de ayer.

El Doctor José Alberto Sosa Rodríguez, integrante de la Brigada, narra a Periódico 5inco sobre la abrumadora y a la vez grata experiencia de ayudar a los hermanos mexicanos afectados.

"La experiencia fue muy abrumadora, nunca en mi vida, en mis 30 años, había visto algo así,  ni yo creo que ninguno de mis compañeros había visto tanta destrucción, tanta de la manera como el huracán dejó Acapulco,  no hubo una sola casa que se salvara de destrozos".

La mayoría de la gente perdió sus casas porque al deslavarse los cerros, quedaron enterradas, más de 150 yates hundidos,  muchas personas en el fondo del mar,  edificios, condominios vacíos, el huracán sacó todo del interior. 

Las brigadas médicas atendieron a personas con estrés postraumático, hipertensos,  diabéticos muy descontrolados por el susto. 

"Había bastante psicosis,  en lo personal como médico yo me dediqué 100% a la  consulta médica gracias a Dios,  lo principal fue  tratar de identificar casos de cólera, dengue,  dermatosis,  micosis,  controlar  pacientes diabéticos e hipertensos,  surtir los medicamentos a los que necesitaran".

Fueron al menos 13 días de consulta, un promedio de más de 50 pacientes diarios. El primer día se atendieron cerca de 100 personas.

"Agradecemos a la gente por la calidez con que nos recibieron, la gente mencionaba que los médicos de Guerrero estaban saturados, no podían dar atención adecuada, creo fue una decisión correcta  de las autoridades enviar ayuda de otros estados".

La gente en Acapulco quedó con daños físicos, morales y psicológicos, el trabajo de los compañeros de enfermería fue fundamental en los chequeos generales, curaciones y promover la salud, educar a la población ante los riesgos de enfermedades infecciosas.

"Era una cantidad exagerada de basura, en todas las calles había al menos por los lados, 3 metro de ancho por 23 metro de alto de basura, entre productos de  higiene personal de las personas, mesas, sillas, palmeras, hojas de árboles troncos, vidrios, no había una sola calle que no tuviera vidrios, hechos pedacitos, hoteles totalmente desvestidos, sin recubrimiento de  paredes".

El  90% de los negocios quedaron sin vidrios, había decenas de espectaculares caídos, era abrumador que después estar en tu casita, todo bien ordenadito y llegas a una zona de devastación.

Todo cambia abruptamente al ver el dolor de la gente,  los lamentos llegar y  escuchar todas las versiones,  de todos  los pacientes porque cada uno tiene su versión.

"Nosotros recibimos una capacitación de departamento de psicología de la ciudad de México, donde nos dieron indicaciones de cómo tratar emergencias psicológicas, porque al final de cuentas, todos los pacientes y cada uno tenía su  trauma".

Algunos perdieron su casa,  otros perdieron  familiares,  no los encontraron donde los estaban buscando, de alguna forma todos perdieron algo con el impacto del huracán.

"Algunos pacientes describían  el huracán como un Alien,  otros como un gorila, otros lo describen como un búho, por el ruido que hacía y que se captó en un video, otros decían era como un terremoto que duró como 32 horas y media,  aproximadamente fue la duración del huracán y cada uno de los pacientes yo me sentaba a escuchar sus versiones".

Los testimonios más fuertes fueron sin duda los de aquellos que  vieron cómo las mesas y  sillas, salían volando, los  refrigeradores, camas, los clóset... todo.

Trabajadores de yates que se hundieron contaron que tuvieron que brincar a los muelles, correr, arrastrarse, porque el aire los levantaba del suelo.

Los invitaron a pasar a un hotel muy famoso en los años sesentas,  setentas y ochentas; estaba totalmente destruido todo alrededor del hotel.

"Entonces sí, mi experiencia fue muy buena, y fue única en mi vida  porque logré el cometido que es ayudar lo más posible a la población de Acapulco afectada por el Huracán".

Se logró  diagnosticar ciertos brotes epidemiológicos esa fue la misión principal.

El huracán mostró la solidaridad de los acapulqueños, la población se ofrecía ayudar gratis, para recuperar la zona hotelera, principal fuente de ingreso, se respiraba un ambiente muy bonito, todos ponían su granito de arena.

"Nos tocaron jornadas largas inclusive fines de semana,  pero el hecho de que tú veías a todos trabajando echándole ganas todo el mundo en la calle gritando: ánimo Acapulco,  fuerza Acapulco vamos ánimo,  te llenaba de energía  para seguir adelante".

El médico José Alberto destaca que las brigadas de Durango, Chihuahua, Sonora y Tamaulipas se acompañaron siempre durante su estancia en las costas de Guerrero.

"Creo que si no hubiera ese compañerismo habríamos querido regresar antes, entre nosotros nos echábamos ánimos, la jornada terminaba a las 5 o 6 de la tarde y comenzaba a las 7 de la mañana".

Gracias a los integrantes de la Brigada Médica enviada a las costas de Guerrero; su labor humanitaria enorgullece  a Tamaulipas.

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