Carlos Medrano y las tortas que saben a historia

Una tradición familiar. La vitrina y el sazón conquistaron espacios y paladares #5inco #HistoriasCotidianas

Ciudad Victoria, Tamaulipas.-Carlos Medrano no sólo vende tortas, vende recuerdos.

Heredero de una tradición familiar que nació en los años 60, Carlos es hoy uno de los últimos 3 representantes de una dinastía de loncheros que marcaron generaciones en Ciudad Victoria.

Desde pequeño fue testigo del esfuerzo de su padre y sus tíos, conocidos como los “Medrano”, quienes con su vitrina y sazón conquistaron espacios emblemáticos como la Secundaria Uno, la Alameda y las antiguas salas de cine.

“Vendíamos tortas de jamón y picadillo con aguacate, y también tostadas de frijoles con queso, hechas con tortilla roja. Todo tenía su toque”, recuerda con nostalgia.

En aquellos años, las tostadas se vendían a 20 centavos y las tortas a 1 peso.

“Era mitad tortas, mitad tostadas… tenían su chiste, pues ahora el método en el que se preparaban y el sabor desaparecieron” mencionó.

Su abuela se encargaba de comprar y preparar las tortillas para realizar las tostadas, las compraba en un punto específico del Bulevar, las dejaba secar y las doraba a mano, dándoles ese sabor único.

Carlos comenzó a vender por decisión propia, luego de años de rechazar la idea que su papá le insistía. Un día decidió lanzarse, y su primera venta fue un éxito lo que lo convenció de continuar el legado.

“Desde ese día no le he parado”, dice orgulloso.

Aunque ya no hay ferias como las de antes ni los estudiantes lo buscan como en otros tiempos, Carlos sigue firme.

Actualmente los clientes de Carlos, principalmente son personas adultas que lo buscan por lo que representa: una tradición viva.

Acompañado de su vitrina clásica, mantiene viva la memoria de su familia, ahora desde las calles de la colonia Las Palmas, donde inició todo.

Sus tortas, más que alimento, son una cápsula del tiempo que guarda entre pan, frijoles y aguacate la historia de una ciudad que no olvida a los Medrano.