Aún vende máquinas de escribir, como lo hacía su marido
Lupita mantiene vivo el negocio "Olympia de Victoria", que fue de su marido, a quien le apodaban El Remington. Es su historia, de amor incondicional, lealtad y entrega
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Ciudad Victoria, Tamaulipas.- La historia de María Guadalupe es como una novela de amor incondicional, lealtad y entrega ahí en el "Olympia de Victoria", el negocio de ventas de máquinas de escribir y equipo de oficina que abrió sus puertas hace 68 años y sigue en pie.
Las vetustas máquinas de escribir adornan la entrada, hay de todas las épocas: la mecánica, la eléctrica y la más novedosa en su especie, cuya fabricación caducó hace 14 años porque ahora ya sólo se reconstruyen.
"Sin embargo, se siguen vendiendo máquinas, claro que las ventas bajaron y ya no es lo mismo de antes, pero en las escuelas se dan clases aún de mecanografía, esos son nuestros clientes, gente que viene a comprar cajas registradoras o arreglar".
Para honrar la memoria de su esposo que falleció hace 8 años y que revolucionó la vida de la capital con la venta de máquinas Remington, Lupita continúa abriendo el negocio al público.

"A mi marido le decían el Remington, por el negocio que abrió en el año de 1938. Él era un hombre muy alto y corpulento. El más alto de Victoria, un hombre muy trabajador y que hacía mucho ejercicio".
María Guadalupe retrocede en el tiempo, recuerda que a los 17 años de edad recién egresada de la Academia Comercial, pasó por el Olimpya y entró a preguntar si necesitaban empleada.
"Desde el exterior vi las máquinas de escribir. Entré y me dijeron que necesitaban una empleada, me pasaron a la entrevista con el que después sería mi esposo, con Don Humberto González Sarabia, conocido como El Remington".
Después de la prueba ante la máquina y de responder a la pregunta si tenía buena ortografía, María Guadalupe se quedó con el puesto de Secretaria convirtiéndose así en el brazo derecho de uno de los empresarios más exitosos que ha registrado la historia de la ciudad.

"Yo nunca tuve vacaciones, trabajaba todos los días, cuando me casé con él, después que enviudó de su primer matrimonio, me hice cargo de sus cinco hijos como si fuera su madre. A la fecha ellos me hablan aunque viven fuera".
Al casarse con su patrón, María Guadalupe era una mujer madura, incluso pintaba canas según la fotografía que tiene la amabilidad de mostrar. Era difícil que tuvieran familia, además la secretaria ejemplar no había tenido tiempo para pensar en otra cosa que no fuera su trabajo en el Olympia.
"Yo sólo había cuidado a mis sobrinos en los fines de semana, así que me hice cargo de sus hijos, del hogar y también ayudaba en el negocio, cualquier cosa que les pedían en la escuela yo lo resolvía, fui una madre para ellos".
Ahora que el tiempo ha pasado y su esposo está en la gloria de Dios, María Guadalupe sigue trabajando en el Olympia, con la misma amabilidad y sonrisa atiende a sus clientes y saluda a la gente. A sus 76 años de edad Lupita es un ejemplo de trabajo para las nuevas generaciones.
"No estoy enferma de nada, y sigo aquí por la memoria de mi esposo que aún en silla de ruedas y con una prótesis a causa de un accidente, continuaba trabajando".
El día que murió El Remington fue un 15 de mayo de hace 8 años, Lupita no podría olvidar jamás ese día, le dijo que lo esperaba a comer pero él nunca llegó a la cita diaria en la mesa del comedor, se había quedado dormido en el mueble de descanso.
"Cuando vi que no llegaba fui a verlo, tenía las manos enlazadas una con otra, y en su rostro un tono sepia. Llamé al Doctor Herminio (Rodríguez) que vino pronto a examinarlo, y me dio la triste noticia. Yo lo sacudí por el impacto, no lo quería aceptar, el consuelo que me quedó es que murió como quería, se quedó dormido".
El negocio Olympia está ubicado en la avenida Hidalgo (4 y 5) número 1362 y abre de Lunes a Viernes de 9:30 a 12:30 y de 16:00 a 18:30 horas.
Se reparan y venden máquinas de escribir mecánicas y electrónicas, fax, calculadoras y cajas registradoras, además de muebles de acero y sillería.
Para información pueden llamar a los teléfonos 312 72 43 y 312 68 86.
Las vetustas máquinas de escribir adornan la entrada, hay de todas las épocas: la mecánica, la eléctrica y la más novedosa en su especie, cuya fabricación caducó hace 14 años porque ahora ya sólo se reconstruyen.
"Sin embargo, se siguen vendiendo máquinas, claro que las ventas bajaron y ya no es lo mismo de antes, pero en las escuelas se dan clases aún de mecanografía, esos son nuestros clientes, gente que viene a comprar cajas registradoras o arreglar".
Para honrar la memoria de su esposo que falleció hace 8 años y que revolucionó la vida de la capital con la venta de máquinas Remington, Lupita continúa abriendo el negocio al público.

"A mi marido le decían el Remington, por el negocio que abrió en el año de 1938. Él era un hombre muy alto y corpulento. El más alto de Victoria, un hombre muy trabajador y que hacía mucho ejercicio".
María Guadalupe retrocede en el tiempo, recuerda que a los 17 años de edad recién egresada de la Academia Comercial, pasó por el Olimpya y entró a preguntar si necesitaban empleada.
"Desde el exterior vi las máquinas de escribir. Entré y me dijeron que necesitaban una empleada, me pasaron a la entrevista con el que después sería mi esposo, con Don Humberto González Sarabia, conocido como El Remington".
Después de la prueba ante la máquina y de responder a la pregunta si tenía buena ortografía, María Guadalupe se quedó con el puesto de Secretaria convirtiéndose así en el brazo derecho de uno de los empresarios más exitosos que ha registrado la historia de la ciudad.

"Yo nunca tuve vacaciones, trabajaba todos los días, cuando me casé con él, después que enviudó de su primer matrimonio, me hice cargo de sus cinco hijos como si fuera su madre. A la fecha ellos me hablan aunque viven fuera".
Al casarse con su patrón, María Guadalupe era una mujer madura, incluso pintaba canas según la fotografía que tiene la amabilidad de mostrar. Era difícil que tuvieran familia, además la secretaria ejemplar no había tenido tiempo para pensar en otra cosa que no fuera su trabajo en el Olympia.
"Yo sólo había cuidado a mis sobrinos en los fines de semana, así que me hice cargo de sus hijos, del hogar y también ayudaba en el negocio, cualquier cosa que les pedían en la escuela yo lo resolvía, fui una madre para ellos".
Ahora que el tiempo ha pasado y su esposo está en la gloria de Dios, María Guadalupe sigue trabajando en el Olympia, con la misma amabilidad y sonrisa atiende a sus clientes y saluda a la gente. A sus 76 años de edad Lupita es un ejemplo de trabajo para las nuevas generaciones.
"No estoy enferma de nada, y sigo aquí por la memoria de mi esposo que aún en silla de ruedas y con una prótesis a causa de un accidente, continuaba trabajando".
El día que murió El Remington fue un 15 de mayo de hace 8 años, Lupita no podría olvidar jamás ese día, le dijo que lo esperaba a comer pero él nunca llegó a la cita diaria en la mesa del comedor, se había quedado dormido en el mueble de descanso.
"Cuando vi que no llegaba fui a verlo, tenía las manos enlazadas una con otra, y en su rostro un tono sepia. Llamé al Doctor Herminio (Rodríguez) que vino pronto a examinarlo, y me dio la triste noticia. Yo lo sacudí por el impacto, no lo quería aceptar, el consuelo que me quedó es que murió como quería, se quedó dormido".
El negocio Olympia está ubicado en la avenida Hidalgo (4 y 5) número 1362 y abre de Lunes a Viernes de 9:30 a 12:30 y de 16:00 a 18:30 horas.
Se reparan y venden máquinas de escribir mecánicas y electrónicas, fax, calculadoras y cajas registradoras, además de muebles de acero y sillería.
Para información pueden llamar a los teléfonos 312 72 43 y 312 68 86.