La obligó a llamarlo amo y a repetirle que era "su put.."
Ana es una joven guatemalteca que sufrió humillantes abusos sexuales, la justicia le dio la espalda y contó su historia en un cómic
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Ana es el nombre de la jovencita guatemalteca que huyó de su país por la violencia que vivía. Decidió recidir en España, donde un profesor universitario que conocía le tendió la mano y le brindó su ayuda.
Pero como era de esperarse, una joven solitaria en un país extraño, la llevaron a vivir la peor de historias. El profesor la violó y humilló sistemáticamente hasta que ella se cansó y decidió denunciarlo. Desafortunadamente nadie le creyó y lo peor de todo: la justicia se volvió en contra de ella.
A raíz de la desilusión, decidió contar toda su terrible historia en un cómic. A partir de estos dibujos, nació la iniciativa en redes llamada #YoTeCreo, donde muchos le muestran su apoyo y ayudan a visibilizar primero que todo, una injusticia. Y segundo que todo, cómo actúa el sistema y la sociedad para hacer que una mujer sea apartada y silenciada y que su problema sea considerado nada.
La historia es increíble, muy triste, su vida la compara con una muñeca que es manipulada hasta quebrarse. Las imágenes son desgarradoras, pero muestran el dolor interno y sufrimiento que padeció la joven Ana.
Además de la violación, la justicia la humilló, no le creyó. Al llegar a España y como mujer y migrante no tuvo ninguna posibilidad de defender su dignidad y hacer valer sus derechos. Su maestro la acosaba, la manoseó dormida. Controlaba su dinero, sus relaciones, su vida.
Yo no soy un hombre. No soy humano. Soy un oso. Puedo ser tu oso de peluche", le decía.
Insistió tanto que la quebró y la violó. La obligó a llamarlo "amo" y a repetirle que era "su puta". La hizo ver pornografía y luego la penetraba analmente. Lo peor es que la ataba con una cuerda, la hacía andar a cuatro patas y la miraba al espejo para reconocerla como "su perra".
El sujeto la hizo sentirse tan desdichada, con tanta vergüenza que ella no pudo hablar de eso sino mucho después, con una amiga. Decidió contarlo porque ya no podía comer, dormir, pensaba que no valía la pena vivir. Hasta que tuvo el valor de ir con la justicia, pero la trataron como una mentirosa y la culparon de todo.
Por eso decidió hacer el cómic, que hoy es un hashtag en redes sociales. Uno donde a muy pocas víctimas se les dice: "Yo te creo".
Información de Nueva Mujer
Pero como era de esperarse, una joven solitaria en un país extraño, la llevaron a vivir la peor de historias. El profesor la violó y humilló sistemáticamente hasta que ella se cansó y decidió denunciarlo. Desafortunadamente nadie le creyó y lo peor de todo: la justicia se volvió en contra de ella.
A raíz de la desilusión, decidió contar toda su terrible historia en un cómic. A partir de estos dibujos, nació la iniciativa en redes llamada #YoTeCreo, donde muchos le muestran su apoyo y ayudan a visibilizar primero que todo, una injusticia. Y segundo que todo, cómo actúa el sistema y la sociedad para hacer que una mujer sea apartada y silenciada y que su problema sea considerado nada.
La historia es increíble, muy triste, su vida la compara con una muñeca que es manipulada hasta quebrarse. Las imágenes son desgarradoras, pero muestran el dolor interno y sufrimiento que padeció la joven Ana.
Además de la violación, la justicia la humilló, no le creyó. Al llegar a España y como mujer y migrante no tuvo ninguna posibilidad de defender su dignidad y hacer valer sus derechos. Su maestro la acosaba, la manoseó dormida. Controlaba su dinero, sus relaciones, su vida.
Yo no soy un hombre. No soy humano. Soy un oso. Puedo ser tu oso de peluche", le decía.
Insistió tanto que la quebró y la violó. La obligó a llamarlo "amo" y a repetirle que era "su puta". La hizo ver pornografía y luego la penetraba analmente. Lo peor es que la ataba con una cuerda, la hacía andar a cuatro patas y la miraba al espejo para reconocerla como "su perra".
El sujeto la hizo sentirse tan desdichada, con tanta vergüenza que ella no pudo hablar de eso sino mucho después, con una amiga. Decidió contarlo porque ya no podía comer, dormir, pensaba que no valía la pena vivir. Hasta que tuvo el valor de ir con la justicia, pero la trataron como una mentirosa y la culparon de todo.
Por eso decidió hacer el cómic, que hoy es un hashtag en redes sociales. Uno donde a muy pocas víctimas se les dice: "Yo te creo".
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