La modorra de la PGR

El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, le acaba de hacer una exigencia contundente a la Procuraduría General de la República (PGR): que en la lucha contra la delincuencia, haga “tiros de precisión”.
En palabras llanas, lo que el mandatario le pidió a la instancia del gobierno federal responsable de la investigación y persecución de los delitos, es “que se ponga las pilas”, y que sea más efectiva en su tarea.
“Ahorita lo que se re­quiere es más trabajo de inteligencia, eso es lo que hemos estado pidiendo, eso fue lo que se platicó con el secretario de Go­bernación”, detalló.
El reclamo del mandatario tamaulipeco es válido porque, la verdad de las cosas la PGR ha sido, desde hace ya muchos años, un simple membrete. Se ha convertido en una instancia burocrática más, dejando de lado su tarea de atacar a la delincuencia.
Aquí hemos criticado con insistencia esa modorra y apatía en que ha caído la PGR. Y lo hemos hecho con conocimiento de causa, porque durante las caso dos décadas que nos tocó darle cobertura periodística  a esa instancia, fuimos testigos de grandes golpes a la delincuencia que incluso alcanzaron los principales espacios en la prensa nacional.
Para empezar, las incautaciones de cargamentos de droga llegaron a ser espectaculares. Anualmente los decomisos rebasaban el centenar de toneladas. En Ciudad Victoria hubo alguna ocasión que la PGR incautó hasta 10 toneladas de cocaína en un solo evento.
Las capturas de narcotraficantes eran recurrentes y eso hacía que la delincuencia respetara y temiera a la institución. No había municipio, por pequeño que fuera, donde el brazo de la PGR alcanzara para poner a raya a los maleantes.
Pero algo cambió. Desde hace aproximadamente una década, esa institución pasó a convertirse en un “elefante blanco”: los decomisos de droga dejaron de ocurrir y los únicos detenidos que consignan los agentes del Ministerio Público son aquellos que captura el Ejército, la Marina o las corporaciones estatales.
Por eso le digo que el reclamo del Gobernador es entendible y justo. Así es, porque mientras la PGR se tira en la hamaca, el Gobierno del Estado le invierte millonarios recursos económicos  y expone la vida de sus Policías para combatir con energía a los grupos criminales.
Esperemos que quien vaya a ser el próximo Presidente de la República, entienda que para frenar la violencia delincuencial, se requiere de instituciones fuertes y comprometidas con su tarea.
No se puede seguir tolerando que instancias como la PGR se dediquen a simular su tarea, mientras entidades como la nuestra se “incendian” con tanta actividad criminal.
Y le insisto: tampoco es justo que el Gobierno estatal sea quien le haga la chamba al federal, atacando y combatiendo delitos que caen dentro de sus facultades competenciales.

EL RESTO

Entre los servidores públicos prevalece un grave y preocupante desconocimiento sobre las restricciones que les impone la ley por razón de la veda electoral.
Eso quedó más que claro el pasado miércoles, durante la conferencia que con el tema, “Derechos y Restricciones de los servidores públicos en el proceso electoral”, expuso aquí el  magistrado presidente del Tribunal Electoral de la Ciudad de México, Armando Hernández Cruz.
Durante la plática en el auditorio del Tribunal Electoral del Estado, abundaron las preguntas de funcionarios públicos, acerca de lo que sí o no pueden hacer o decir dentro de una veda electoral como la vigente.
Aunque el ponente aclaró muchas de las inquietudes, quedó clara la necesidad de repetir ese tipo de ejercicios para orientar a todos los funcionarios. No sea que algunos se vayan a equivocar y terminen procesados por incurrir en algún delito electoral.

ASÍ ANDAN LAS COSAS
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